Estaba delante mío en la fila del Oxxo, era un hombre de
unos 35 años –momentos después lo confirmaría-, moreno, fornido, un poco más
alto que yo y quien ordenaba indecisamente una cajetilla de cigarros, terminó
por pedir unos Palm Mall rojos de 15’s con un acento que me resultó familiar
pero que terminé comprendiendo el porqué.